Socavación de placas y muros; desgaste de concretos —con desplome en algunos casos—; juntas de placas invadidas por vegetación; escombros de gran tamaño en el lecho, y contracción de la sección de flujo del agua por formación de barreras e islas, son en términos generales las descripciones técnicas.
El estudio, contratado por el Área Metropolitana del Valle de Aburrá como autoridad ambiental y llevado a cabo entre junio y noviembre de 2012 será actualizado si este jueves la Junta Metropolitana da el visto bueno a la iniciativa, propuesta por la Universidad Nacional en ese sentido.
"La idea es revaluar el estado del río después de la ola invernal del 2013, para saber en qué condiciones quedó y cuáles de los puntos que tenían problemas se agravaron o si aparecieron nuevos, qué medidas hay que tomar", señala Lilian Posada, directora del grupo de investigación en Hidráulica Fluvial y docente del posgrado en Recursos Hidráulicos, quien estuvo a cargo del estudio en 2012.
Según el director del Área Metropolitana, Carlos Mario Montoya, fueron en principio 84 puntos que requerían intervención, a los cuales se han sumado dos más desde que terminó el estudio.
Han sido 13 los puntos que se han intervenido o se intervienen en la actualidad, bien sea por reacción de emergencia o por priorización al ser considerados como críticos.
Cuatro de los considerados como puntos críticos están pendientes por intervenir: uno cerca de la estación Ayurá del metro y tres más en la Curva del Diablo, Tricentenario y Acevedo. Sin embargo Montoya advierte que no ponen en riesgo el funcionamiento del metro ni del sistema vial paralelo al río.
El funcionario atribuye en gran parte el deterioro, que implica una inversión cercana a los 29.000 millones de pesos, al descuido y la falta de una entidad encargada del mantenimiento del canal desde hace 12 años, cuando la administración del alcalde Luis Pérez decidió cerrar el Instituto Mi Río.
"No estamos tranquilos con el río. No solo por descuido de las autoridades sino de todos", sostiene Montoya. El Área Metropolitana ha ubicado 42 estaciones de monitoreo permanente para detectar cualquier emergencia.
Sin embargo la falta de mantenimiento no es, según el estudio, el único factor que ha influido en el estado del canal. De acuerdo con los resultados del estudio "las mayores intervenciones están asociadas a la infraestructura del metro (pilas de pasarelas de acceso a estaciones, estrechamiento para la construcción de las estaciones, demoliciones viejas incompletas, escombros de demoliciones o parte del proceso constructivo de puentes, pilas y muros).
Montoya reconoce que el metro ha influido en el estado actual del canal del río, aunque advierte que son problemas que vienen desde la construcción, hace 30 años.
Via: El Colombiano
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