POR AHORA NO SE LLEVARÁN A CABO, TALAS EN EL POBLADO
porque se están atendiendo casos de mayor severidad en otras zonas de la ciudad.
A través del programa de manejo integral del arbolado urbano, que es coordinado por el Área Metropolitana y la Universidad Nacional, se sabe hoy que 110 de los 11.710 árboles que fueron analizados, están enfermos y pertenecen a El Poblado.
Según el informe presentado por el equipo investigador, las especies más afectadas en el sector, son el falso laurel (Ficus benjamina) con un 22% entre la muestra, la acacia amarilla (Caesalpinia peltophororoides) con un 20% casco de vaca (Bauhinia picta ) con un 29% y el tulipán africano (Spathodea campanulata) enfermo en el 17% de los ejemplares analizados.
Tomar medidas
El deterioro progresivo y muerte de árboles urbanos en el Valle de Aburrá se caracteriza por el secamiento de ramas desde la parte superior hacia la base de la copa y desde la parte más distante de las ramas hacia el tronco. Dicho fenómeno se debe al efecto de factores como el clima, la contaminación ambiental, el ataque de insectos y plagas (hongos y bacterias) y al manejo que le dan los humanos al arbolado urbano.
Héctor Restrepo, coordinador técnico del proyecto, e ingeniero forestal, explica que “se ha encontrado que los problemas del arbolado urbano inician con malos tratamientos. Son sembrados en zonas estrechas, se realizan podas inadecuadas en raíces, y ramas y hasta son heridos por vandalismo y quemas que se convierten en el lugar de entrada de insectos, hongos y bacterias”.
Y pese a que en el barrio se detectó una buena porción de ejemplares enfermos, no se tienen estipuladas aún talas, porque se han identificado árboles en estados más críticos en otros sitios de la ciudad, sin embargo, algunos casos de riesgo medio serán trasladados a la Secretaría de Infraestructura para que los atienda en el mediano plazo.
Los profesionales advierten que es fundamental darle continuidad al proceso investigativo debido a que el deterioro de los árboles es multicausal y podría variar.
¿Por qué talar?
Restrepo expone que la decisión de tala se basa en el riesgo que representa un árbol, pues no todas las enfermedades tienen tratamiento, así que se aplica una metodología desarrollada por la Universidad en la que se evalúa la amenaza y la vulnerabilidad sobre personas, vehículos e infraestructura. En la amenaza se evalúan: la altura del árbol, la especie, la inclinación, el estado general fitosanitario, el tamaño y altura de las ramas, la afectación a raíces y la cercanía a redes eléctricas; y en la vulnerabilidad: la presencia de flujos peatonales, la cercanía a parqueaderos o vías y la cercanía a construcciones. El indicador de riesgo es evaluado por expertos quienes posteriormente toman la decisión de talar o no.
Resiembra
La preocupación para muchos es que se tale y no se reforeste, pero desde este programa se pretende que no se repliquen los errores del pasado, sembrando especies de gran tamaño (como por ejemplo el falso laurel que puede alcanzar hasta 30 metros de altura) debajo de redes aéreas de 4 metros. Es importante además tener en cuenta el espacio para las raíces. En ocasiones los árboles son sembrados en espacios con poca disponibilidad de suelo que impide el crecimiento de las raíces y, con ello, la posibilidad de que el árbol pueda soportarse adecuadamente y obtener los nutrientes del suelo.
Via: Periódico Gente
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