Al caído, caele. Al desespero que habitualmente producen los eternos tacos en el centro de Medellín se está sumando una nueva estrategia de los amigos de lo ajeno. Si usted va en taxi en un taco, es probable que se monte a su lado un ladrón para intimidarlo con un arma blanca y robarle todas sus pertenencias.
Según el testimonio de este taxista, esta modalidad es más frecuente de lo que muchos creen. Incluso los ladrones ya les perdieron el respeto a las autoridades y a las cámaras.
Las víctimas son atracadas básicamente con armas blancas, ante la mirada impotente de otros conductores o peatones.
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