Con algarabía, aplausos y abrazos, los miembros de un joven equipo de estudiantes y arquitectos antioqueños, celebraron su proclamación como ganadores del diseño del Parque del Río.
Parque Botánico Río Medellín, es el nombre de la propuesta de Latitud Taller de Arquitectura y Ciudad, integrado por un grupo de 25 personas. Fue escogida entre cuatro semifinalistas, que previamente habían superado a 57 proyectos, 17 de ellos de origen internacional.
Uno de los líderes del equipo, Sebastián Monsalve, sostuvo que la diferencia que marcó su equipo sobre los demás finalistas es fruto de la buena educación que tiene la ciudad.
"Es un proceso conjunto de juventud con calidad, potencia e imaginación, con ingenieros que tienen la solidez y experiencia para desarrollar los proyectos", dijo.
Juan Diego Martínez, otro de los miembros del equipo, dijo que sus edades fluctúan entre los 20 y 40 años, y aunque los últimos días fueron duros, anotó que estaban movidos por una idea de ciudad, pues el proyecto cambiará la manera como nos relacionamos con el ambiente y la naturaleza. "Valía la pena".
Tras conocerse el fallo, Antonio Vargas del Valle, gerente del proyecto, comentó que es emocionante que la juventud antioqueña haya sido seleccionada dentro de 57 propuestas por 7 jurados de talla internacional.
En su sentir este es un nuevo mensaje de respeto al medio ambiente, de vivir en equidad toda la gente, de dejar espacios para las personas, porque es una concepción de ciudad la que se va a construir.
Lamentablemente, comentó, Medellín no tenía 4 ríos para hacerle un proyecto a cada uno con las 4 propuestas finales.
Para Carlos Mario Montoya, director del Área Metropolitana, el hecho de que ganen antioqueños significa el alto nivel en que está la arquitectura del departamento. Otro valor, añadió, es ratificar que hacia adelante el río seguirá siendo prioridad para el Aburrá en materia de desarrollo y por esto todas las entidades se tienen que unir en torno a ello. Y la Junta ya adoptó el proyecto como un hecho metropolitano.
Tiene la certeza de su realización y de la integración del Valle de Aburrá, porque en un momento el río se había convertido en una barrera que discriminaba el Occidente del Oriente.
El alcalde Aníbal Gaviria valoró que será un proyecto transformador de la ciudad, una espina dorsal ambiciosa con una propuesta que invita a evitar que la ciudad siga creciendo en las laderas.
Hay que inducir la actividad edificadora a lo más lógico, subrayó, para que se desarrolle en zonas planas que se construyeron deficientemente y ya terminaron su ciclo de vida urbana.
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